La inundación de miles de kilómetros cuadrados de pluviselva, en Brasil, ha dado origen a una extraña industria: la extracción de madera subacuática.
Millones de troncos de árboles, sumergidos bajo las aguas de un lago formado por la construcción, en 1980, de la represa hidróeléctrica de Tucuruí, en Pará; aguzaron el genio empresarial de Juarez Cristiano Gomes. El astuto brasileño inventó una sierra eléctrica que funciona bajo el agua y fundó una compañía para extraer toda aquella madera.
Los leñadores, provistos de tanques de oxígeno, se sumergen hasta 50 metros de profundidad; sin embargo, nunca corren el peligro de ser aplastados por los árboles que cortan, puesto que estos "caen" o flotan hacia la superficie.
Luego, se llevan estos troncos a los aserraderos. A pesar de todo, existe otro tipo de riesgo: en 1990, una piraña mordió a un leñador.
Fuente: Despertaí! (Brasil)
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