A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma... Isaías 55:1-2
Hace algunos años un periódico ofreció premiar la mejor definición sobre el dinero. Entre cientos y cientos de competidores obtuvo el premio el autor de la siguiente respuesta:
El dinero proporciona al mundo todo, menos la felicidad; y permite ir a cualquier parte, menos al cielo.
Bien vale tomar en cuenta esta definición, pues pone de relieve, completa y enteramente, la pobreza de lo que el mundo adora: el dinero.
Ahora bien; sin felicidad en este mundo o sin cielo en el más allá ¿qué posee la gente?.
Veamos: la vaina sin el fruto, la cáscara sin la nuez. Y cuando llegue el fin, si no nos correspondiera el cielo como morada eterna, los lujos de esta vida serán una burla en el infierno.
La llave de oro es casi omnipotente en el mundo; pero no puede nada con EL que dice: "Mía es la plata, y mío es el oro,... Jehová de los ejércitos" (Hageo 2:8).
Ganara yo el mundo, y perdiera al Señor,
¿Ganar compensaría la lucha de mi vida?
¿Podemos igualar los placeres terrenos
A una vida en Cristo colmada de Su amor?
¡Oh! ¡Grande es el gozo de tener todo en Jesús!
Es bálsamo que cura angustias y dolor,
Perdona el Salvador el más grande pecado
Y, fiel, de cargas mil, ÉL hace descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario