Los orígenes del gusto por el chocolate se remontan a tiempos muy remotos.
En 1986, el epigrafista David Stuart identificó como el símbolo maya del chocolate un jeroglífico grabado en una vasija que se encontró en Río Azul, Guatemala.
Un equipo de químicos de la Hershey Foods confirmó que los residuos contenidos en aquella vasija de 1500 años de antigüedad eran, efectivamente, de chocolate.
Varios testigos presenciales de la conquista española informan que en los ritos ceremoniales mesoamericanos se usaban a menudo bebidas elaboradas a base de chocolate; no obstante, hasta ahora se carecía de una prueba inequívoca de ello.
El glifo del chocolate ya ha sido identificado en otras vasijas del período clásico maya cuyo uso se desconocía.
Además, un análisis más detenido de la vasija de Río Azul hace pensar que ciertos "adjetivos" jeroglíficos se refieren a diversas presentaciones del chocolate: una bebida espumosa, una suculenta masa semisólida... ¡Maya mía! ¡Qué rico chocolate!
Fuente: National Geographic
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