El término petróleo, formado por dos palabras latinas, petra y óleum, significa "aceite de roca".
Contrariamente a los que algunos piensan, el petróleo era conocido en la antigüedad. Por referirnos solo a un testimonio cercano a nuestra cultura, la Biblia (Génesis 6:13-14) recoge este texto: "Y dijo Dios a Noé:...fabrícate un arca de madera de ciprés, haz en el arca diversas estancias, y embetúnala por dentro y por fuera", en el que se alude al betún del grupo de los petróleos.
También se sabe que los chinos utilizaban gas de petróleo para la cocción de alimentos. En la Edad Media, los bizantinos primero, y los árabes después, usaban armas incendiarias conocidas como "fuego griego", a base de petróleo.
Cabría el mérito a un jubilado de los ferrocarriles que se hacía pasar por coronel retirado. E. L. Drake, de tener la feliz idea de que el petróleo, como el agua, podría ser buscado construyendo pozos. A base de un sencillo sistema de perforación, inició los trabajos en el hoy llamado valle Oil Creek (Pensilvania-USA), brotando petróleo en el histórico 27 de agosto de 1859, cuando había alcanzado la profundidad de casi 21 metros.
Una muchedumbre de "buscadores" inundó el valle, que pronto se cubrió de un bosque de torres, de numerosas máquinas de vapor y de cubas de madera destinadas al almacenamiento y transporte del petróleo.
Pronto surgieron problemas técnicos y económicos que los pioneros resolvieron poco a poco. La fiebre del "oro negro" hizo que en solo tres años se pasara de 300 a 450.000 barriles de producción, lo que indica el éxito del nuevo combustible.
COLECCIÓN SALVAT, "La crisis de la energía", Salvat Editores, Barcelona, 1980.
COLECCIÓN SALVAT, "La crisis de la energía", Salvat Editores, Barcelona, 1980.
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