lunes, 2 de diciembre de 2013

Reflexiones

¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos del Señor son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos.  Oseas 14:9
 
¿Qué es la oración? Un suspiro, una mirada hacia el cielo.
 
Calvino decía: Se ora bien solamente después de haber leído la Palabra de Dios.
 
Si el espíritu de  súplica nos falta, empecemos con el espíritu de confesión y con el espíritu de alabanza.
 
El que está demasiado ocupado para hallar tiempo para la oración, está más ocupado de lo que quiere su Señor.
 
El agua de una laguna en la cual hay limo puede parecer clara en la superficie, pero si se la remueve, el limo sube. Así ocurre con  nuestro corazón.
 
El ser humano busca engañarse a sí mismo respecto de la muerte, al persuadirse de que ella llega según un orden de la naturaleza o como el reposo en el seno de la tierra o como una deuda que se paga a la naturaleza. No hay nada de cierto en todo esto. La muerte es la paga del pecado.
 
Si nos unimos al mundo en sus propósitos, debemos aguardar ser envueltos en sus perturbaciones.
 
A medida que Satanás echa a perder lo que Dios ha hecho, Dios produce algo mejor. El primer Adán es seguido por el segundo (Cristo), la ley lo es por el Evangelio. Dios no restablece lo corrompido, hace algo más excelente para su gloria.

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