Si no bebe suficiente agua podría sufrir de exceso de grasa corporal, bajo tono muscular, trastornos digestivos, dolores musculares e incluso retención de agua.
Después del aire, el agua es el elemento más necesario para sobrevivir.
El cuerpo de un adulto normal contiene entre un 60 y un 70 por ciento de agua.
Podemos pasarnos casi dos meses sin comer, pero solo unos cuantos días sin tomar agua.
Sin agua moriríamos envenenados por nuestros propios desechos.
Cuando los riñones eliminan ácido úrico y urea, estos deben disolverse en agua; pero si no hay suficiente agua, los desechos no se eliminan por completo y se pueden formar piedras en el riñón.
El agua también es un medio vital para las reacciones químicas de la digestión y el metabolismo, pues transporta nutrientes y oxígeno a las células a través de la sangre, y ayuda a enfriar el cuerpo mediante la transpiración; asimismo, sirve para lubricar las articulaciones.
Necesitamos agua, incluso, para respirar: los pulmones deben estar húmedos para recibir oxígeno y expulsar el bióxido de carbono. Se puede llegar a perder casi medio litro de líquidos cada día con el solo hecho de exhalar.
Así pues, si no se bebe suficiente agua, se pueden deteriorar varios aspectos fisiológicos del organismo.
Además, por falta de agua, el cuerpo puede retener líquido para compensar esa deficiencia. Aunque parezca paradójico, a veces la retención de fluidos se contrarresta bebiendo más agua, no menos.
Para una persona sana, el consumo mínimo de líquidos es de ocho vasos al día. Se necesita más cuando se hace ejercicio o se vive en un clima caluroso. Las personas con problemas de peso deberían beber un vaso más por cada diez kilos que excedan de su peso ideal. En todo caso, estas recomendaciones deben consultarse con el médico.
Fuente: Leroy R. Perry
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