Al habar de una bella mariposa, un naturista escribe: "Desearía que todo niño pudiera criar una oruga hasta su metamorfosis. El nacimiento de una mariposa sería para él un acontecimiento encantador e inolvidable. Durante varias semanas, la crisálida permanece suspendida, como muerta, en su hamaca. Luego se ve, de vez en cuando, una lenta onda recorriendo el capullo, luego unos temblores. Finalmente el capullo se abre en la parte superior. De allí sale una mariposa con las alas aún arrugadas y fruncidas como un género mojado. La recién nacida extiende, poco a poco, las alas que se secan y muestran todo su esplendor. Esta metamorfosis que tiene lugar en el interior de la crisálida. No es un milagro que sobrepasa el entendimiento humano?
Con más razón aun puede hacerse esta pregunta acerca del nuevo nacimiento de un alma. Semejante a la oruga, el ser humano llega dotado de lo necesario para poder crecer y andar en la tierra.
A causa de la naturaleza adámica no solo parece muerto como una crisálida, sino que está "muerto en sus delitos y pecados" y es necesario que por el trabajo escondido del Espíritu Santo, él se reconozca pecador y acepte, por la fe en el sacrificio de Jesús, la nueva vida que Dios le ofrece.
Este es el milagro del nuevo nacimiento que hace de él una nueva criatura bendecida con "toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" Efesios 1:3
Metamorfosis de la mariposa
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