Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 1 Corintios 3:11
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual. 1 Pedro 2:4,5
La construcción de un gran edificio requiere muchas clases de trabajo y ante todo una adecuada preparación del terreno para establecer un fundamento seguro.
Numerosos son también los materiales empleados, entre otros, ladrillos o piedras; pero a veces, enormes bloques son tan difíciles de colocar en su lugar que, para lograrlo, se necesitan varios hombres y aún aparatos especiales.
Actualmente, Dios está construyendo un edificio con todos los que han aceptado a Jesucristo como su Salvador y que han llegado a ser "piedras vivas". Es la Iglesia, conjunto de todos los verdaderos creyentes.
Antes de empezar la edificación, Dios hizo, una gran obra, la más importante: envió a su Hijo a sufrir y morir para salvarnos de nuestros pecados.
Desde entonces el edificio de Dios se eleva lentamente, empleando toda clase de piedras vivas, grandes, medianas y pequeñas.
El Señor no rechaza a nadie que acuda a ÉL con corazón arrepentido. Como es más fácil colocar piedras pequeñas que grades, es a menudo más fácil que sean niños los que tomen su lugar en el edificio de Dios.
¿No dijo el Señor: "Si no os volvéis y si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos"? A los niños también el Señor los invita a creer en ÉL.
Pronto llegará el momento en que ese maravilloso edificio se acabará de construir y quizá falten pocas piedras.
Antes de empezar la edificación, Dios hizo, una gran obra, la más importante: envió a su Hijo a sufrir y morir para salvarnos de nuestros pecados.
Desde entonces el edificio de Dios se eleva lentamente, empleando toda clase de piedras vivas, grandes, medianas y pequeñas.
El Señor no rechaza a nadie que acuda a ÉL con corazón arrepentido. Como es más fácil colocar piedras pequeñas que grades, es a menudo más fácil que sean niños los que tomen su lugar en el edificio de Dios.
¿No dijo el Señor: "Si no os volvéis y si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos"? A los niños también el Señor los invita a creer en ÉL.
Pronto llegará el momento en que ese maravilloso edificio se acabará de construir y quizá falten pocas piedras.
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