Es recomendable usar el gel de la sábila; porque produce seis agentes antisépticos de elevada actividad antimicrobiana. Tiene poder antiinflamatorio y analgésico; sirve para úlceras gástricas y estomacales.
El aloe vera es antitóxico, astringente, anticoagulante y estimula el crecimiento celular. El gel diluido en agua, en partes iguales y en forma de gárgaras (de 3 a 4 minutos) actúa eficazmente contra los dolores dentales y de las encías, neuralgias y laringitis.
Cura heridas de quemaduras. Alivia el dolor de los golpes; dolores musculares, artríticos y reumáticos; los pies cansados. Calma el dolor de várices, heridas cortantes, herpes, tiña, infecciones, sífilis, picaduras de insectos.
Es bueno contra la gripe, hepatitis, neumonía vírica. Equilibra la tensión arterial y disminuye el riesgo de infarto. Para la migraña, gota, insomnio, halitosis. Es antidiabético y contrarresta cándidas y tricomonas.
Sin embargo, no es aconsejable ingerir la sábila por tiempo prolongado; porque puede provocar pequeñas pérdidas de sangre por la orina o por la materia fecal. Y puede atacar el hígado.
Se sugiere consumir una vez por día, por la mañana y durante dos semanas.
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